viernes, 2 de septiembre de 2016

AFERRAMIENTO


El aferramiento es la fuente de todos nuestros problemas. Puesto que, para
nosotros, la impermanencia equivale a angustia, nos aferramos
desesperadamente a las cosas, aun cuando todas las cosas cambian. Nos
aterroriza desprendernos de ellas; de hecho, nos aterroriza vivir, ya que
aprender a vivir es aprender a desprenderse. Y ésta es la tragedia y la ironía
de nuestra lucha por retener: no sólo es imposible, sino que nos provoca el
mismo dolor que intentamos evitar.
La intención que nos mueve a aferrarnos no tiene porqué ser mala en sí; el
deseo de ser felices no tiene nada de malo, pero aquello a que nos asimos es
inasible por naturaleza.
Los tibetanos dicen que no se puede lavar dos veces la misma mano sucia en el
mismo río, y que "por mucho que estrujes un puñado de arena nunca le
sacarás aceite".
Sogyal Rimpoché

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